El impacto de la desigualdad, la sostenibilidad medioambiental, la economía colaborativa, los nuevos servicios digitales, el valor de los datos personales, de la salud y los servicios sociales o la brecha de género son asuntos que han recibido poca atención por parte de la disciplina académica y que, sin embargo, han de ser abordados urgentemente para poder entender el profundo cambio que está viviendo nuestra economía social de mercado.
Dos mil dieciocho ha sido el año en el que el movimiento feminista ha alcanzado escala global. La toma de conciencia sobre la importancia de la igualdad de género ha saltado a la esfera pública de manera irreversible, impulsando una consideración cada vez más sistemática de la diversidad en el ámbito del análisis y de la política económica: por motivos de justicia y equidad y también por pura racionalidad económica