eran muy estables s (así lo insinúa Stefan Zweig en El mundo de ayer, cuando afirma que el siglo XIX fue la edad de oro de las compañías de seguros); pero adquiere tintes de gran demanda profesional en momentos en los que el futuro se hace cada vez más líquido
Censos, actuarios y dictadores
eran muy estables s (así lo insinúa Stefan Zweig en El mundo de ayer, cuando afirma que el siglo XIX fue la edad de oro de las compañías de seguros); pero adquiere tintes de gran demanda profesional en momentos en los que el futuro se hace cada vez más líquido