Material y método: Se obtuvieron muestras de discos lumbares de 50 pacientes operados de forma consecutiva durante el año 2012. Se recogieron los datos clínicos y epidemiológicos de los pacientes antes de la cirugía, el tiempo de evolución de los síntomas, así como la presencia de radiculopatía, déficits neurológicos y la exploración. Se estableció el carácter extruido o contenido de la hernia en RM. Se estableció la presencia y cuantía de celularidad condrocitaria como signo de degeneración discal.
Resultados: Aunque casi todos las muestras reflejaban proliferación condrocitaria, la presencia de infiltrados inflamatorios o neovascularización fue escasa. La presencia de inflamación se relacionó invariablemente con la formación de nuevos vasos en el disco, no relacionándose con ninguna variable clínica o radiológica.
Conclusión: No hay relación entre la presencia de infiltrados inflamatorios y los datos clínicos registrados. La presencia de infiltrados inflamatorios en el interior del disco herniado no tiene relación ni con la degeneración discal ni con la producción de clínica dolorosa