Pacientes: niños entre 2-17 años .Todos los pacientes y sus padres rellenaron encuestas donde se recogieron datos personales y habitos de vida. Resultados: Participaron en el estudio 108 niños con obesidad 44,4% niños. Edad media de 10 años (2-17 años). El 56% prepuberales. El IMC medio de 27,8 % (+4,4DS). No encontramos correlación entre el IMC del niño y el nivel de estudios familiar ni con la situación laboral familiar, ni con quién le acompaña por las tardes. Sólo el 4,6% obtienen una puntuación < 3, en calidad de la dieta (KIDMED). Los niños dedican 3,3 horas al día a actividades sedentarias. Se encontró correlación entre el nº total de actividades sedentarias y el
IMC del niño (r=0,205;p=0,004). También el peso con IMC de los progenitores(r= 0,427;P<0,001).Solo se correlacionan con el IMC la insulina, péptido C y índice HOMA, por encima de los valores normales.
Conclusiones: La actividad sedentaria es uno de los parámetros fundamentales en el desarrollo de la obesidad. Dada la relación del IMC, la insulinemia y el índice HOMA, y teniendo en cuenta que estos valores están por encima de los valores normales, el mantenimiento de esta situación en el tiempo, podría ser el responsable del síndrome metabólico en el adulto