el coste de los préstamos a los hogares y las empresas se mantuvo en niveles históricamente reducidos, apoyado en las políticas expansivas
del Banco Central Europeo, lo que ha contribuido a que la caída del saldo de crédito continúe moderándose. No obstante, se ha
observado cierta desaceleración en la actividad crediticia en la segunda mitad del año, vinculada con factores de demanda y, en el caso
particular de las grandes empresas, con su mayor preferencia por financiarse con valores de renta fija. Por último, las condiciones de
financiación favorables junto con la prolongación de la recuperación económica se tradujeron en un nuevo fortalecimiento de la posición
patrimonial de la mayoría de los sectores