Pacientes y metodología: Estudio observacional, basado en entrevistas estructuradas a una muestra de pacientes de AP seleccionada aleatoriamente. Se encuestó a 1.952 pacientes, de 1.514 de consultas de medicina general y 438 de pediatría. En 612 casos se inició un nuevo tratamiento. Escogimos una muestra aleatoria definida para un error máximo del 4%, nivel de confianza del 95%.
Resultados: En 38 (6,2%) casos se informó de EA; de estos, 25 (4,1%) sufrieron EA relacionados con la medicación. A mayor edad encontramos mayor frecuencia de EA. En 14 de estos 25 pacientes (56%) se solicitó una segunda consulta. La frecuencia de EA relacionado con la medicación se asoció a ineficacia del tratamiento. Quienes sufrieron EA relacionados con la medicación pero recibieron información sobre este episodio valoraron de forma positiva las atenciones sanitarias recibidas.
Conclusión: Se precisan prácticas más seguras en AP y recurrir a los pacientes para conocer la frecuencia de EA tiene menor coste y aporta información relevante. Incluso en el caso de sufrir complicaciones derivadas del tratamiento indicado por el médico, la confianza en el profesional de AP se mantiene