de la actividad económica sobre la base y posibilidades que ofrece internet. Se fundamenta en la potencialidad de la conectividad y
mejoras tecnológicas que promueven el impulso de las operaciones electrónicas de forma cada vez más extensiva en los diferentes sectores
productivos, en un camino progresivo a la digitalización. El avance en la transformación digital y en la digitalización de la economía se
presenta como un factor decisivo de competitividad a la vez que de resiliencia en un mundo globalizado y, más aún, en la reactivación
tras la pandemia. En este contexto, resulta especialmente interesante valorar la situación de la economía digital en España y su posición
en el ámbito europeo, especialmente en el marco de la propuesta Next Generation EU de la Comisión Europea, que considera entre sus
prioridades la financiación de inversiones relacionadas con la transformación digital. Es clave insistir en los principales retos que aún debe
afrontar la economía digital en España, entre ellos, un impulso institucional decisivo y la formación de talento digital, con las nuevas
habilidades y competencias que se requieren en un entorno digital para poder desarrollar el pleno potencial